Procrastinación: Comprenderla mejor para superarla
Tu día a día suele estar cargado de muchas tareas y responsabilidades. Bajo esta presión constante, puedes sentir la tentación de posponer ciertas cosas.
La procrastinación es postergar innecesariamente una tarea o una decisión, aunque sepas que eso podría perjudicarte.
Este hábito aumenta tu estrés, te cansa y puede hacer que te sientas culpable.
Muy común, especialmente en el trabajo o en la escuela, también puede aumentar el riesgo de fracaso.
Es un fenómeno complejo que afecta lo que haces, sientes y piensas, a menudo relacionado con la evitación de emociones difíciles y con creencias negativas o irracionales.
Entonces, ¿cómo salir de este círculo vicioso?
Aquí tienes 6 claves para comprender mejor la procrastinación y gestionarla de otra manera:
- Devuelve el sentido a lo que haces
Si procrastinas, quizá sea porque has perdido de vista por qué esas tareas son importantes para ti.
Tómate un momento para reflexionar sobre las áreas importantes de tu vida (trabajo, salud, relaciones, ocio…) y los valores que las sustentan.
Pregúntate si lo que haces ahora te acerca o te aleja de tus objetivos y de esos valores. - Mantén la atención en el momento presente
¿Qué hacer cuando notas que tu mente se distrae?
Respira unas cuantas veces, haz una pausa activa, observa sin juzgar... y luego vuelve a tu tarea. - Observa tus pensamientos… sin creerlos ciegamente.
Cuando una tarea no te gusta, quizá te dices: «No es el momento adecuado», «No estoy preparado/a», o subestimas el tiempo o tus capacidades para hacerla.
Identifica esos pensamientos, reconócelos y observa su influencia; recuerda que son solo pensamientos, no verdades, y que puedes elegir no seguirlos. - Acoge tus emociones (incluso las más desagradables)
Procrastinar suele ser una forma de escapar del estrés, el miedo o el aburrimiento.
Pero cuanto más las evitas, más espacio ocupan.
Reconoce lo que sientes sin juzgarte: un poco de estrés puede motivarte, demasiado puede bloquearte. - Cambia la manera en que te hablas a ti mismo/a
La procrastinación suele venir del miedo a fracasar o de la necesidad de proteger tu imagen.
La manera en que te hablas influye en tu forma de actuar: animarte con amabilidad, como lo harías con un/a amigo/a, ayuda mucho más que la crítica constante.
En resumen...
La procrastinación no es una fatalidad.
Al enfocarte en lo que realmente importa, acoger tus emociones sin evitarlas y darte una mirada más indulgente, podrás avanzar con mayor serenidad.
Mantenerte fiel a tus valores puede ser a veces incómodo, ¡pero vale la pena!
¿Necesitas un empujoncito?
No dudes en contactarme si te sientes abrumado/a o si deseas un acompañamiento para implementar estos cambios.