¿Cómo reducir las preocupaciones ansiosas?

Muchas personas se encuentran atrapadas regularmente en pensamientos que dan vueltas en bucle, sin siquiera darse cuenta. Tal vez te sorprendas pensando constantemente en una presentación próxima, en lo que los demás piensan de ti o en cómo te perciben tus compañeros de trabajo. Estos pensamientos pueden ser agotadores y arrastrarte a una espiral negativa.

Comprender el impacto de los pensamientos que giran en bucle

Cuando estos pensamientos se vuelven demasiado frecuentes, pueden afectar tu ánimo, tu comportamiento e incluso tu cuerpo.
Por ejemplo, si te preocupas mucho por tu salud, puedes empezar a evitar ciertas actividades… lo que a menudo termina reforzando tu ansiedad.

¿Qué hace que un pensamiento sea difícil de manejar?

No es necesariamente lo que piensas lo que causa el problema, sino la manera en la que piensas.
Existen dos grandes tipos de pensamientos:

  • El pensamiento concreto, enfocada en soluciones prácticas.
    Ejemplo: «Tengo miedo de reprobar un examen, así que voy a estudiar un poco cada día para estar preparado/a.»
  • El pensamiento abstracto, que amplifica las preocupaciones y bloquea la acción.
    Ejemplo: «Si repruebo este examen, mi vida está arruinada.»

Puede que estés atrapado/a en un modo de pensamiento abstracto si notas:

  • Pasividad : pasas más tiempo pensando que actuando.
  • Pensamientos incontrolables : dan vueltas en bucle y lo ocupan todo.
  • Preocupaciones por el futuro : te preocupas por cosas improbables, sin una razón clara.
  • Análisis excesivo : intentas entenderlo todo en lugar de simplemente sentir lo que estás viviendo.

5 consejos para calmar tus pensamientos ansiosos

  1. Anota tus pensamientos
    Escribe lo que te preocupa. Verlo en papel te permite tomar distancia y entenderlo mejor.
  2. Identifica los desencadenantes
    ¿Cuándo, dónde y con quién surgen estos pensamientos? Observar su contexto te ayudará a anticipar mejor y manejar tus reacciones.
  3. Cuestiona tu forma de pensar
    Pregúntate:
    « ¿Es este pensamiento realista? ¿Podría ver la situación de otra manera? ¿Qué puedo hacer concretamente? »
    Cambiar de perspectiva puede aliviar tu ansiedad.
  4. Vuelve a la acción concreta
    ¿Cuál es el primer paso que puedes hacer ahora?
    Ponte un objetivo sencillo y pasa a la acción. Luego, anota lo que has aprendido; eso te podrá ayudar en otras situaciones.
  5. Reconéctate con el presente
    Muévete, lee, cocina, camina, baila, haz bricolaje… Cualquier actividad que te ancle en el momento presente es una aliada valiosa contra la ansiedad.

En conclusión

Estos ejercicios pueden ayudarte a salir de la niebla mental y transformar tus pensamientos ansiosos en acciones concretas, al enfocarte en lo que puedes hacer en el presente para resolver el problema, en lugar de gastar tu energía imaginando todas las posibles soluciones.

¿Quieres empezar un acompañamiento?

No dudes en contactarme si sientes la necesidad de un acompañamiento para calmar tu ansiedad y comprender mejor lo que estás atravesando.

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